Eternidad no es sólo la manera de definir el tiempo indefinido, es una posición y condición interna inherente al ser humano; lo que se vive fuera del tiempo conocido; lo verdaderamente real. Nuestra realidad mayor no es lo que ven nuestros ojos físicos, sino lo que somos en lo espiritual; seres espirituales con expresión física; y ser eternos es nuestra condición innata. Sin embargo, eternidad es hoy una condición deseada y perseguida por el ser humano debido a que siempre el hombre buscará volver a sus orígenes, aunque el miedo a la muerte le prime. Eternidad llega a ser inherente a la naturaleza humana, pero también al individuo. Es decir, la raza humana no solamente es eterna, el individuo como persona también debe serlo. El hombre no fue hecho para envejecer y morir, aunque quiero hablarte de cosas mayores. Venimos para expresar en lo natural, lo que somos en lo espiritual.

Cuando tú conoces el Reino de Dios llegas a pensar más fuerte en eternidad como tu derecho natural. Entonces aprendes que eternidad es otra de las decisiones en la vida del Reino, que vivir eternidad es una postura interna del corazón; que es un estado de conciencia la cual trae consigo abundancia interna y frutos externos.

El apóstol Pablo enseñó que el último enemigo en ser vencido será la muerte (1 Cort. 15:26) y ésta será vencida por regresar a la condición original del hombre: ser eterno. Según el principio bíblico no necesitarás morir para ser eterno, ni tampoco que tu cuerpo físico sea cambiado por otro distinto. Sino que lo mortal y corrupto dentro de ti se vista de inmortal e incorruptible.

Eternidad en tu vida va más allá de dejar de envejecer- es un nivel muy alto en Dios emanado de lo profundo del corazón humano. Es cuando lo físico se sujeta a lo eterno y verdadero. Es volver al origen perfecto. Y quiero que sepas que a todo lo de Dios te llegas por la fe, y eternidad también lo incluye.

Ahora bien, el hombre que vive en eternidad no lo rige el tiempo estructurado y dividido como lo conocemos; para él existe un constante presente! –“lo que ha de ser, ya fue”.
Te explico cuál es la posición: El hombre que vive en eternidad no lo afecta el pasado, sólo lo impulsa; ni tampoco el futuro le preocupa; vive teniéndolo todo. Camina tocando su destino y trabajando por perfeccionarlo y desarrollarlo. Todo es un eterno presente porque lo que ha de ser ya fue. Tiene la postura divina de eternidad. Por eso, vivir en eternidad nos hace tocar nuestro destino cada día; sólo te separa la fe viva de aquello que Dios te dijo que te daría y que alcanzarías; en realidad ya te fue dado. Si vives en el tiempo de Dios verás que ya se te concedió todo, sólo la fe para tomarlo te separa de ello, mas no el tiempo; pero por encima de ello, en esa postura no te hace falta nada!!

Para el hombre con mente natural, el pasado normalmente es una piedra de molino atada al cuello que no le deja avanzar en la vida; y el futuro es el engaño a la fe… “siempre creyendo que mañana”. La fe no es sólo esperar aquello que no ves, es más bien creer y caminar como ya teniendolo todo. En el camino de la vida del Reino te darás cuenta que las cosas intangibles y deseadas no las tienes por falta de decisiones.

En la postura eterna donde podemos habitar con Dios, miras, y lo que te pertenece lo tocas atrás de ti, delante de ti, al lado tuyo. Todo está allí, sin tiempo ni espacio; hablo de aquéllas cosas externas que te pertenecen. Pero resalto aquello que eres internamente y que Dios dijo de ti. Eternidad dentro de ti es la habitación perfecta de Dios, con Dios y por supuesto contigo. Vivir en esa condición nos hace andar y actuar en libertad, en confianza, sin miedo al mañana, sin cargas por el pasado. En eternidad suceden las cosas y todo es posible. Sólo allí vivimos lo posible de Dios, porque en postura de eterno surgen las palabras y las acciones que traen a manifestación lo que ha de suceder. Las personas eternas son un tipo de gente establecidas para vivir en la tierra. Y a todo esto llegas por decisiones de fe.

Quiero que vayas a este lugar por la fe; que toques lo que Dios imprimió dentro de ti y eso te llene de paz; que el amor eche fuera el temor, que te posesiones en el espíritu, que veas lo que te fue dado; esposo(a), hijos, relaciones, negocios, función social, pero más allá de eso: el gozo, la pureza, la plenitud, la paz… todo! Todo lo que te pertenece está allí, en la postura de eternidad! Junto con Dios!



Uios…

Hijos de una sola mente y corazón
Hijos que reproducirán la esencia divina
Hijos iguales al Padre
Hijos sin tiempo ni espacio
Hijos que alcanzan lo que ven en el espíritu

Organización Uios
J.M.
(San Cristobal 2002-Terraza)