Desde hace algunos años escribo literalmente cartas a algunas de las personas que amo y que por muchos años hemos estado cerca compartiendo experiencias mutuamente, recibiendo y entregando… en éstas descargo mi deseo de impartir, corregir y crear disposiciones distintas por entendimiento, que nos lleven a acercarnos más a aquèllo que una vez fue despertado en nuestros corazones y que, como hemos dicho en conversaciones telefónicas, personales y hasta en celebraciones


“No podemos huir de aquella pasión que nos persigue"




Porque simplemente la llevamos por dentro; por eso Dios no dejará de perseguirnos hasta culminar sus propósitos con nosotros”…Por eso aún, por encima de nuestros desaciertos e imprecisiones, conscientes o inconscientes; todo lo que expreso aquí nos consume y lo hará hasta la hora de nuestra muerte…

Voy a compartirles dos (2) de esos comunicados que salieron de mi corazón para todos en particulares circunstancias...


Carta: Aragua, 2005

“Es tiempo de no perder tiempo”


Dios nos está llevando a posicionarnos correctamente; a tomar posición interna de lo que nos pertenece, sustentado en lo que claramente conocemos que somos y evidenciado en carácter y Calidad de Vida. Ciertamente fuimos creados para gobernar desde adentro, dentro y en todo lo que nos rodea. La vida del hombre está influenciada por gobierno, desde el nacimiento hasta su muerte. Fuimos creados para gobernar.

En estos momentos necesitamos asumir la posición correcta por entendimiento de, cuál es nuestro destino y papel. No podemos seguir entreteniéndonos con aquellas cosas que quisiéramos tener o hacer y vivir deteniendo el impacto que Dios ha determinado para nosotros y en nuestro entorno. O vives como cualquier mortal o redefines y encaminas en posicionamiento interno tu realización personal y la construcción de una realidad distinta para nuestra familia y nación.

Es tiempo de no perder tiempo! No me refiero a que dejes de recrearte con los tuyos; aun el tiempo de ocio es necesario en la vida del hombre y mujer comprometida con el Reino. Tampoco me refiero a dejar de “Hacer lo malo” o tocar aquellas cosas que vivíamos en el pasado estando sin el entendimiento que nos posee ahora. Me refiero a vivir entendidos y a ser precisos en lo que hacemos y construimos por causa del Reino. Me refiero a que no debes vender tu primogenitura por un sabroso y necesario plato de lentejas. Debes traer sobre ti una postura entendida de tal violencia que sepas lo que eres. Que no cambies tu destino ni aun por la corona de Inglaterra.

Recuerda que son tiempos en que luchamos con Dios y no con lo mal llamado “mal”, su representante y súbditos. Luchas por manifestar lo divino sin mescolanzas, por asemejarnos a El en lo que decimos y hacemos, y lo que producimos. Por eso seguimos creyendo que no luchamos contra sangre ni carne. Nuestra lucha es lograr el encuentro entre lo que somos y nuestro creador, siendo una misma cosa; por eso luchas con Dios! Por expresarte conforme a la semejanza divina que posees. No perseguimos asemejarnos a El porque somos su semejanza, sino por manifestarnos transparentemente en todos los órdenes del diario vivir según Su esencia.

Son tiempos donde la verdad lucha aun dentro de la verdad misma. Lo bueno no puede desviarnos de lo verdadero. Aun las riquezas adquiridas bajo los principios de un reino distinto al que opera actualmente, no deben desviar tu mirada de la vida y verdad del Reino. Su Persona no debe ser cambiada por herencias visibles, frutos de la relación con El.

Los hijos de esta cultura serán conocidos por su determinación a ser precisos y certeros en todo lo que viven y hacen. Serán conocidos por su sabiduría para vivir, por saber parar cuando sea necesario, aun cuando haya mucho por hacer. Por saber callar aun cuando haya mucho que decir. Como David, tendrán como principio el conducirse con prudencia. Eso implica el hablar para edificar, el estar en lugares con propósitos. Relaciones y negocios serán descartados con precisión y entendimiento de los tiempos.

Es hora de relacionarnos correctamente, de estar con las personas posicionadas, en lugares correctos generando cosas con propósito y destino. Ya basta de perder tiempo y de entretenernos. Ya basta de ser miopes espiritualmente y no saber discernir los tiempos, las cosas, las personas que se te acercan, los encuentros y oportunidades. Aun esto es ser maduro, no sólo espiritualmente; simplemente: ser maduros al conducirnos.

Por eso te pregunto: ¿dónde está anclado ahora tu corazón? ¿Sabes por qué vives? ¿Cuál es tu pasión? ¿Qué te mueve este día? ¿Sabes si ha llegado tu tiempo, tu momento? ¿Reconoces una circunstancia pasajera? ¿Sabes qué hacer en tal o cual situación? ¿Sabes cómo cambiar el rumbo de las cosas? ¿Sabes caminar por encima de lo temporal y circunstancial? ¿Sabes reconocer lo que viene para entretenerte y lo que viene con propósito? ¿Sabes percibir y ver un momento de Dios que se abre y sabes cuándo se cierra? ¿Sabes posicionarte en lugares espirituales? ¿Sabes cómo arrebatar cosas y sostenerlas? ¿Sabes cuándo está ante ti un nuevo nivel? ¿Sabes entrar allí y no volver atrás? ¿Sabes cuándo algo divino se mueve y cuándo debes callar para que El obre (esperar en El)? ¿Sabes cuándo te toca a ti obrar? ¿Sabes reconocer la gente que Dios te pone, para qué te las pone en el camino y para qué no? ¿Sabes establecer y cerrar constructivamente relaciones? Necesitamos discernir los tiempos y los momentos que vivimos cada día; si con la acción que tienes estas construyendo un poco más el destino trazado para ti.

Una de las necesidades mayores en este momento es el de madurar y el desarrollo de la inteligencia espiritual. Necesitamos aprender a percibir las directrices del cielo. Es tiempo de saber conducirnos en Dios, de saber diferenciar su voz, de la voz de nuestros deseos y necesidades.

En estos próximos días los corazones de otros serán despertados por la pasión de nuestros corazones hacia Dios. Las naciones verán gente que ama a Dios conduciéndose de otra manera, porque viven entendidos en los tiempos. Reconocerán que hay gente que ama a Dios y su propósito por encima de todas las cosas, aunque no les vean reunirse en Iglesias o Templos, agrupados en reuniones programadas.

No debemos ser precisos por que el fin se acerca y los días son malos, sino porque el principio de la transformación de todas las cosas vendrá a causa de nuestra posición y entendimiento como hijos de Dios; si no, sencillamente lo venidero será determinado por otros.

No permitamos que Dios mire otras generaciones y seamos cuidados y protegidos por el cielo solamente por causa de nuestros hijos, porque Dios los usará a ellos y no a nosotros. Que el maná venga, la protección divina esté; que veamos aun señales y milagros sucederse, pero sólo mientras morimos y nuestros hijos crecen. Determinemos las cosas porque Dios tiene sus ojos sobre nosotros para culminar sus propósitos en nuestras vidas y en esta generación.

Por eso una palabra final!

Ser celosos de lo divino y del plan del Padre es un principio que consume a los Hijos del Reino. Celosos por la palabra y con la Palabra, celosos por lo que pertenece a Dios. Celosos por estar enmarcados en su propósito en todo cuanto hacemos. Celosos por cómo, dónde y para qué hago y digo tal o cual cosa. Celosos por todo aquello apartado para uso exclusivo de Dios. Celosos por mi cuerpo, mi mente, mis pertenencias, mi dinero, mis hijos, mi pareja, porque todo es de El y para El.

Deseamos que todo vuelva a ser semejante a El en toda nuestra manera de vivir y esto impregne toda en la Tierra…

Dios esta gobernando!

Que sean bendecidos y afirmados en esta palabra!

“Organización Uios”

.- Hijos sabios para conducirse!

.- Hijos destinados para este tiempo!

.- Hijos gobernados para gobernar

.- Hijos libres porque son gobernados

.- Hijos que se gobiernan para gobernar


“El gobierno como cultura se establecerá cuando seamos internamente gobernados desde lo interno, cuando ese gobierno se haga una cultura interna y se evidencie en lo externo.

Una cultura interna, definida, sólida, que traiga libertad y frutos…